La historia de este juego se remonta al no tan lejano 2012, cuando se celebró la 24ª edición del concurso Ludum Dare. Es uno de los concursos más prestigiosos y, al mismo tiempo, uno de los más inusuales para los desarrolladores de juegos virtuales. Según sus condiciones, el participante tiene que crear un juego desde cero en un plazo de dos días. El concurso es increíblemente popular, salvo que tradicionalmente el ganador no recibe ningún premio tangible; el único premio es un impulso muy sólido a su reputación en la comunidad de desarrolladores de juegos. En el 24º concurso, Evoland Classic fue votado como el mejor juego de los 1405 presentados. Inspirado por este éxito, el equipo decidió convertir el concurso en un proyecto de juego en toda regla.
El concepto del juego se basa en una especie de viaje en el tiempo: el usuario recorre la trayectoria evolutiva del género de acción/RPG.
El juego comienza con la época de la Game Boy. A continuación, se ofrece al usuario una pequeña excursión al mundo de las consolas de ocho y dieciséis bits. A continuación, el jugador se encuentra en la era de la PlayStation y pasa gradualmente a la PS2. El juego seguramente complacerá a los jugadores veteranos, que disfrutarán visitando el mundo del buen Zelda.
Los cambios en los gráficos y la jugabilidad se producen entonces de forma repentina y luego con tanta suavidad que el usuario ni siquiera se da cuenta de que ha pasado de una pantalla retro y gris-verde a un mundo de juego de desplazamiento suave y lleno de toda una gama de colores.
Cuando los desarrolladores se acercaron a la época de la Nintendo 64, decidieron poner el énfasis no en el inusual entretenimiento de vídeo interactivo, como fue desde el principio del juego, sino en la propia jugabilidad. Y muchos usuarios lo consideran un error fatal que arruinó la magia de Evoland.
El juego dejó de ser un impresionante diorama y una fascinante excursión por la historia para convertirse en una acción muy trivial con dos héroes -un chico y una chica- que buscan una criatura malvada y la derrotan en la batalla final. Los jugadores se sintieron decepcionados porque los creadores del juego se permitieron no ya un homenaje, sino casi una cita directa. Personajes: casi un calco de Link de The Legend of Zelda y Aeris de Final Fantasy VII.
En cuanto el juego pasó a citar a sus icónicos predecesores, hubo mucha repetición. Los jugadores tendrán que enfrentarse a batallas por turnos al estilo de FF. También hay que recordar a «Zelda» que cuando baje a la mazmorra, tendrá que romper ollas de barro con su espada.
Por desgracia, en esta parte del juego el guión no brilla por su originalidad ni por su ingenio, ni por sus trucos. Pero hay muchas cosas ilógicas y que causan una gran confusión entre los jugadores.
Por ejemplo, aplastar a los oponentes no da ningún placer, porque puedes matar a cualquiera de ellos con un solo disparo. Y los rompecabezas son tan sencillos que incluso un niño de preescolar relativamente avanzado probablemente los consideraría un insulto personal.
Pero lo peor es que, en su entusiasmo por crear un «juego dentro de un juego», los desarrolladores parecen haber olvidado su tarea principal: crear un diorama histórico virtual dedicado al desarrollo de los juegos de ordenador. En particular, Mario aparece repetidamente en el segmento de RPG por alguna razón.
¿No entendieron los propios desarrolladores y nadie les dijo durante la fase de pruebas que esos cameos son completamente inapropiados en este caso? Y en el episodio dedicado a Diablo, se puede reconocer fácilmente el atractivo para Blizzard.
Evoland es uno de los proyectos de juegos más controvertidos, donde la brillantez convive con fracasos simplemente espectaculares.